martes, 19 de octubre de 2010

HOY EL CIELO LLORA LLOR MI...

Era una de esas tardes desastrosas, en las que su cabeza lo estaba torturando como siempre, y los actos de otras personas le arrancaban las lágrimas que sin querer desparramaba por el salón de casa. El día, como siempre, lo acompañaba, y estaba nublado.Cuando sus lágrimas comenzaron a caer, el cielo comenzó a parpadear, con la luz de decenas de relampagos haciendo brillar una y otra vez el cielo. Uno tras otro, con su respectivo trueno, sin parar.

Poco a poco secó sus lágrimas y se dirigió hacia la ventana, y comenzo a mirar el cielo. Estaba descalzo, y llevaba el mismo pantalón y camiseta que ayer. Su mente se encontraba en blanco, completamente ensimismado en el juego de luces que jugaban en el cielo. En el fondo, estaba enfadado, cansado, y deseaba, no, gritaba que uno de esos rayos se dirigiera hacia él, y atravesara la ventana hasta alcanzarlo. Poco a poco su mente se concentraba más y más, y pronto comenzó a llorar el cielo. Tan fuerte que asustaba, pero él seguía observando inmutable cómo el agua impactaba en la ventana y en el suelo; incluso cómo la gente tenía miedo y corría para no mojarse.
Cuanto más se concentraba más llovía, hasta que en un momento, comenzaron a caer granizos, que golpeaban la ventana, uno tras otro, haciendo el chasquido que siempre hacen. Y entonces su cuerpo comenzaba a acercarse a la ventana, como si la lluvia lo atrajera; como si los relampagos, rayos y truenos, lo buscaran. Quería escapar de allí, quería salir a la calle y mojarse, y morir mojado por un rayo; golpeado por mil granizos. Pero nó, se encontraba allí impotente al no poder hacer nada por arreglar lo que estaba pasando. Y completamente solo se dirigió a su cuarto, cogió el móvil y lo apagó, seguidamente desconectó el messenger para no ver absolutamente a nadie. Así cortó toda comunicación con alguna persona, ya sea una voz, o palabras escritas en un ordenador.
Y volvió de nuevo a la ventana... se apoyó sobre el sofá y siguió mirando como caía la lluvia. Su gata, se acercó a él. Intuía que algo le pasaba a su dueño, y empezó a rozar la cabeza por su cintura, hasta conseguir que él la acariciara. Ella era la única que realmente lo comprendia...
-Iros a la mierda...-dijo en voz alta -Iros a la puta mierda todos...- Y las lágrimas comenzaron a caer, mientras la lluvia se debilitaba.
Entonces se dio cuenta que lo importante de su vida, es que las cosas le pasaban sin buscarlas. Se encontraba sólo y ni siquiera sabía por qué... Lo conviertieron en un lobo a la fuerza y ya no sabía cómo actuar ante la gente. Lo habían obligado a tener miedo a amar, y sin embargo, se moría por tener a alguién en quien confiar. Por alguna extraña razón, todos en los que puso un minimo de confiaza, terminaron fallándolo. Haciéndole daño. Y era tal el nivel de sus heridas que ante el más mínimo intento o visión de que le iban a hacer daño. se defendía, encerrandose.

Estaba cansado de la vida, pero hace tiempo que lo obligaron a vivir, porque un amigo le enseñó que el suicidio hace mucho daño. Pero imaginaba de mil y una forma, su muerte. Pero siempre se vería limitado por algo... o por alguien... y eso era lo que le mataba.
Intentar, intentar, e intentar... y nunca conseguir nada.