viernes, 29 de abril de 2011

AHORA

Detente un momento y calma tus pensamientos. Deja ir tus ansiedades y mira a tu alrededor ¿Qué ves? Ves un mundo lleno de belleza. Ves la vida llena de posibilidades. Ves los sueños naciendo. Siendo consolidados y satisfechos. Sí, hay desafíos. Sí, hay dolor. Si, hay violencia y odio. Pero más allá de eso, hay Amor. Hay bondad, hay alegría. El futuro es incierto y eso significa que no hay límites para cuán hermoso y alegre puedas hacerlo. Todo lo que tienes es el ahora. Y el ahora es como debe ser. Es tu tiempo para vivir. Piensa en lo preciada que es tu vida. Y cuántas bendiciones tienes al poder experimentarlas ahora. Ahora, cualquier ansiedad que puedas tener sobre el futuro es sólo una ilusión. Déjala ir, déjala disolverse como la belleza y la perfección del ahora que caen sobre ti. Lo mejor que puedes hacer por el futuro es vivir con todo lo que tienes en el presente. Ahora, estás en la posición de crear valor real duradero y positivo para en el mundo en que vives ¿Cómo hacerlo? Siguiendo tu corazón . Siendo quien realmente eres. Pudiste haber vagado lejos de ti. Ahora es tiempo de regresar a casa. El dolor que sentiste es ese propósito. Esa razón para vivir. Pues duele constantemente para poder liberarse. Cuando lo haga, estarás más a salvod de lo que nunca podrías haber imaginado. Respira la belleza que te rodea, la belleza y la riqueza de estar vivo. Es tu regalo. Es tu fortuna. Es tu bendición. Y es tuyo, para vivir, para experimentar, para llenarte Ahora.
Ralph Marston

miércoles, 27 de abril de 2011

ESCUCHAR LOS CONFLICTOS

Cuando Javier fue a buscar a Ana, ella lo estaba esperando. Como siempre, llegaba tarde. Hacía tiempo que ella estaba dolida y sentía que él no la tenía en cuenta. Javier, al verla, sintió que entonces empezaba el fin de semana. Necesitaba relajarse a su lado. Ella entró en el coche y cerró la puerta bruscamente.
-¿Adónde vamos? -preguntó sorprendido.
-Me da igual -contestó Ana, segura de que javier ya había decidido lo que harían. -¿Quieres ir a tormar algo y luego al cine?
-Decide tú. Total, al final siempre hacemos lo que tú quieres... ¡Estoy harta! -replicó Ana.
Ana siempre dejaba que Javier decidiera lo que iban a hacer y, cuando lo hacía ella, proponía cosas que le gustaban a él. Javier estaba convencido de que Ana sugería lo que le gustaba a ella, y estaba encantado de que sus gustos coincidieran. Por eso, las palabras de Ana le parecieron injustas y exclamó:
-¡Cómo estamos! Yo solo quiero desconectar del trabajo. Pero si vamos a discutir, ¡me voy!
-¡Hablaremos hoy y las veces que haga falta!
-Si me quisieras más, te darías cuenta de que yo estoy mucho más estresado que tú -añadió Javier sin hacerle caso.
-Esto no es verdad. Lo que pasa es que tú eres lo más importante para mí y, en cambio, yo soy el último mono para ti...
Ana recordó con nostalgia lo inicios de su relación y no pudo evitar ponerse a llorar. Entonces, Javier la abrazó cariñosamente y dijo:
-Intentemos discutir menos. Yo te quiero mucho. Vayamoa al cine, ¿vale?
"Otra noche sin hablar", pensó Ana.

La solución de los conflictos pasa forzosamente por prestar atención a cómo el otro interpreta los hechos y al significado que les otorga. Tanto Ana como Javier creían que su interpretación era la correcta,  por lo que no se escuchaban verdaderaamente. Escuchar, tener en cuenta las necesidades, los sentimientos y los pensamientos del otro, así como expresar nuestro mundo interno parece sencillo, pero no lo es. Si en lugar de reprocharse su falta de amor, Ana y Javier hablaran de su deseos, sentimientos y pensamientos, podrían avanzar en el conocimiento personal y en el del problema que los separa. Y es que como decía Confucio:"La manera de salir es a través de la puerta. ¿Por qué nadie quiere utilizar esta salida?". Siempre estamos a tiempo de aprender a abrir puertas que nos permitan superar los conflictos.

domingo, 24 de abril de 2011

"¿Me preguntas por qué compro arroz y flores? Compro arroz para vivir, y flores para tener algo por lo que vivir." 
Confucio

martes, 19 de abril de 2011

PEQUEÑAS LUCECITAS

Llegó una carta a los hijos que dicidieron venir a pesar de las dificultades... 
Querido hijo, Image and video hosting by TinyPic Mi intención cuando supe que decidiste llegar fue preparme para recibirte en el mundo al que habías decidido venir. Supimos todos que no te ibas a encontrar una situación fácil, ni tú, ni todos los que decidisteis llegar a tu tiempo, pues el mundo que os podíamos ofrecer estaba lleno de rencores y desesperanzas, pero tambíen sabíamos que había pequeñas lucecitas, que a modo de luciérnagas, marcaban el camino. No todo estaba perdido. El planeta había comenzado a agonizar, pero tiene un corazón fuerte y está librando una gran lucha frente a su enfermedad. Llevamos mucho tiempo en los que algunos de nosotros le acompañamos en esa lucha y le aportamos la energía que somos capaces de reunir y que sentimos que ya es mucha. Nos están convulsionando muchas situaciones, algunas físicas y realmente dolorosas y trascendentes, otras espirituales y todas ellas nos están avisando de los grandes cambios que se nos avecinan. Somos conscientes de vuesta fortaleza, pues de otro modo no hubierais decidido venir. Sabemos que deberéis ayudarnos a superar, salvar y aprender de todas estas situaciones a las que vamos a tener que enfrentarnos y confiamos en que la sabiduría que traéis será la que recupere el corazón de este planeta que se niega a perecer. Como en los cuentos, os pedimos que unáis todas las pequeñas lucecitas que traéis y forméis un gran faro de amor y esperanza que nos ayude y nos indique el camino, que de una vez escuchemos al corazón, seamos solidarios y comprometidos con los demás corazones y las demás consciencias y que sepamos estar a la altura de vuestras expectativas y del mundo que os merecéis. Por favor, reclamadnos vuestro derecho a la vida sin gritos, pero exigiendo que actuemos, recordadnos cada día la razón de nuestra existencia y la necesidad de honrar a los que estuvieron antes que nosotros.
RECUERDA siempre que, bien por nosotros, por la vida o por el Universo, fuisteis el fruto de una gran acto de AMOR.

viernes, 15 de abril de 2011

APRENDER DE LA EXPERIENCIA

El paso del tiempo es una de las mayores fuentes de sabiduría. Las vivencias que experimentamos a lo largo del camino nos permiten conocernos mejor a nosotros y al mundo que nos rodea.

                   *La experiencia no es lo que sucede a un hombre sino lo que ese hombre hace con lo que le sucede.
Aldous Huxley

*Experiencia es el nombre que damos a nuestras equivocaciones.
Oscar Wilde

*La juventud es el momento de estudiar la sabiduría; la vejez, el de practicarla.
Jean Jacques rousseau

*La experiencia no nconsiste en el número de cosas que se han visto sino en el número de cosas que se han reflexionado.
José María de Pereda

*Envejecer es como escalar una montaña: mientras se sube, las fuerzas disminuyen; pero la mirada es más libre y la vista, más amplia y serena.
Ingrid Bergman

*La sabiduría es hija de la experiencia.
Leonardo Da Vinci

*Prefiero el bastón de la experiencia que el carro rápido de la fortuna: el filósofo viaja a pie.
Pitagoras

*La experiencia es la enfermedad que ofrece el menor peligro de contagio.
Oliverio Girondo

*Saber es acordarse.
Aristóteles

martes, 12 de abril de 2011

POR LA VENTANA DEL REALISMO POSITIVO

Era una noche oscura, y un hombre, que estaba mirando por la ventana de su casa, vio cómo su vecino buscaba algo bajo la farola de la calle gateando por el suelo. -Parece que está buscando algo bajo la farola -se dijo. Voy a ayudarle a encontrar lo que ha perdido. Bajó de su casa, se acercó a su vecino y le preguntó: -¿Has perdido algo? -Lo que más me fastidia no es haber perdido la cartera por el dinero, sino por los documentos de identidad y de crédito -le respondió el vecino. El buen vecino se puso también él a buscar la cartera en torno a la acera, en la calle, en el césped cercano... bajo la farola. Despues de dar muchas vueltas y de esfuerzos inútiles, se le ocurrió preguntar: - ¿Seguro que es aquí donde has perdido tu cartera? y el vecino le contestó con ingenuidad: -No, aquí no ha sido. Ha sido allí, más abajo. Nuestro hombre no daba crédito a lo que estaba oyendo. ¿Cómo puede su vecino pensar en encontar su cartera buscando bajo la farola, si la ha perdido allá abajo en la oscuridad? Un poco intrigado le preguntó a qué se debía su manera de actuar. Y el otro le respondió con candor: -Es que aquí hay más luz.
Jean Monbourquette
Decimos que quien mira por la ventana de la autocomplacencia no busca porque cree que no ha perdido nada: cree que vive en la luz sin sombra y no admite que sus luces tengan sombras. Quien mira por la ventana de la negación tampoco busca. Se limita a dar vueltas a su sombra sin luz, no entiende que su sombra se debe precisamente a su luz. No se atreve a buscar dentro de su oscuridad, de su ignorancia, de su orgullo, de su error, aunque está seguro de que fue precisamenate allí donde perdió su crédito y su identidad.
En cambio, quien mira por la ventana del realismo positivo está convencido de que la oscuridad no es negativa, aunque sea desagradable. Su corazón sabe que no hay luz sin sombra, ni sombra sin luz. Y como no ve, busca a tientas y lo pasa mal, pero sabe que es allí donde está su cartera y donde tiene que seguir buscando si la quiere encontrar.

viernes, 8 de abril de 2011

NUESTRAS SEMILLAS

Te habían animado a visitarle. Él te enseñaría el camino de la sabiduría. LLegaste a su aldea y le encontraste sentado bajo un árbol junto al río.
-Què buscas? -te preguntó.
-Busco una vida lograda -respondiste. Donde las dificultades no me abatan, la verdad ilumine mis senderos, la libertad y la honradez  convivan en mi corazón, la alegría y la paz interiosr se asomen por mis ojos, la esperanza aconpañe mis días y mis noches, la compasión y la misericordia amasen mi pan, la calma y la serenidad...
-Nada de eso puedo regalártelo yo -interrumpió.
Ante tu sorpresa, prosiguió:
-...porque todo eso está dentro de ti desde siempre,
Con asombro aún mayor e incredulidad, replicaste:
-¡Nunca lo he visto dentro de mi!
-Porque no habrás buscado bien. ¡Busca de nuevo! -fueron sus palabras finales.
Te marchaste un tanto decepcionado, pero dispuesto a buscar y a seguir buscando... hasta encontrar tu vida lograda.
Al cabo de un tiempo volviste con la deseperanza en tu rostro. Le encontraste en la misma aldea, bajo el mismo árbol junto al río.
-Me alegro de que hayas vuelto ,te dijo. Porque, no recuerdo si te dije que todo está dentro de ti... en semillas.

Las semillas están dentro de nosotros y de nosotros depende que se desarrolen y den fruto.

martes, 5 de abril de 2011

CONFIAR MÁS EN TI MISMO

Creer en uno mismo es confiar en que los propios recursos son suficientes para perseguir nuestros objetivos. Es saber que tenemos probabilidades de éxito pero que, en caso de no lograrlo, superaremos el fracaso. Y, sobre todo, confiar en valorarnos por lo que somos, al margen de los resultados.
La confianza es el sentimiento de que somos capaces de afontar la vida, y de tener una posibilidad razonable de que nuestras acciones se cumplan con éxito o de ser aceptados por los demás. A veces puede ser excesiva, ese exceso de confianza en uno mismo que conduce al orgullo y a la imprudencia. En otras ocasiones, nos falta: dudamos, temblamos, tenemos la impresión de que no lograremos tener éxito o gustar. La confianza es un componente importante de la autoestima, esa mirada que nos dedicamos a nosotros mismos; es la parte dirigida hacia el exterior y la acción. Responde a preguntas como:"¿Soy capaz?", "¿Va a salir bien?!, "¿Lo conseguiré?".
Confiar en uno mismo no es tener la certeza de alcanzar nuestro objetivo sino  de haber hecho todo lo posible para conseguirlo. Y es que lograr nuesta meta no siempre  depende solo de nosotros:
Para aumentar la confianza en nosotros mismos, el primer procedimiento es, sin duda, el de trabajar. Entrenarnos, prepararnos para progresar en el campo en el que deseamos tener éxito. Como decía un célebre golfista: "Cuanto más me entreno, más suerte tengo". Lo mismo sucede con la confianza.
El sugundo procedimiento es el de acallar la crítica interior, esa vocecilla que repite sin cesar:"No lo conseguirás, esto no es para ti, renuncia...".
El tercer procedimiento consiste en pedir regularmente la opinión a los más allegados.Sean cuales sean las críticas que podamos recibir, jamás serán tan negativas como las que somos capaces de dirigirnos nosotros.Y, a menudo serán más interesantes.
El cuarto procedimiento para mejorar la confianza consiste en ser el mejor amigo de uno mismo. Es fundamental que modifiquemos la relación que mantenemos con nosotros mismos, aumentando la tolerancia y la benevolencia.

El quinto procedimiento, paradójico, es el de aceptar la idea de fracaso. Aceptar el fracaso es prever que puede llegar y, si ello sucede, comprender que sobreviviremos.
Finalmente, debemos esforzarnos en dejar de confundir valor y actuación, evitar depender continuamente de la aprobación de los demás o de la consecución de un objetivo y otro. No perdemos nuestro valor por ser menos queridos o por haber fallado en algo. Ni el éxito ni el fracaso revelan la verdad de quienes somos. La vida no es solo una historia de éxitos o de fracasos, es también todo lo que hay paralelamente, fuera de competiciones y comparaciones. Como dice el adagio zen: "Quien consigue su objetivo se pierde todo lo demás". Confiemos, hagamos cuanto podamos y, luego, olvidémonos de todo ello y volvamos a vivir, simplemente, para no perdernos todo lo demás.
Christophe André( Médico Psiquiatra)su ultimo libro  es Los estados de ánimo. El aprendizaje de la serenidad.

sábado, 2 de abril de 2011

¿BARRO EN LAS ALAS?



Una buena mujer había recorrido algunas leguas llevando en brazos a su hijo paralítico de nacimiento.
Iba con una enorme ilisión a la consulta de un médico que, según le habían dicho, curaba todo tipo de enfermedades.
Caminaba con fatiga... porque apenas podía ya con su hijo a cuestas.
Por el camino, se cruzó con alguna personas.
-¿Pesa mucho, señora? -le preguntaron.
-¡No!... ¡Que va!...¡Es mi hijo!-, respondió ella exhausta.
 ¿pesan los hijos? ¡claro que pesan| Como, a veces, la vida y el amor y la palabra dada y la honradez... como pesa el dasamor y el sentirse despreciado.

Pero, son pesos que no impiden volar si logramos no perder la luz y mantener las alas limpias. En cambio, si dejamos que las alas se llenen de barro quedamos aplastados como una rana bajo el espesor de lo real.