lunes, 27 de junio de 2011

LA PIEDRA


El distraído tropezó con ellas.
El violento la utilizó como proyectil.
El emprendedor, construyó con ella.
El campesino, cansado, la utilizó de asiento.
Drummond la poetizó.
David, mató a Goliat.
Y Michelangelo le sacó la más bella de las esculturas.
En todos los casos la diferencia no estuvo en la piedra sino en el hombre………

miércoles, 22 de junio de 2011

LA FUERZA DE LA FRAGILIDAD


Los seres humanos nos sentimos vulnerables ante muchas circunstancias de nuestro día a día. Pero aceptar este sentimiento, en vez de rechazarlo, puede ofrecernos algunas ventajas: mayor sensatez ante los posibles peligros, mayor lucidez para conectar con el presente y mayor satisfacción al disfrutar de la esencia de la vida a pesar de nuestra fragilidad. 
"Aunque nos haga sufrir,
la fragilidad 
nos anima a 
buscar nuestro 
refugio particular 
y a valorar lo que
de verdad nos
importa"
Ser frágil es la posibilidad de venirse abajo cuando se sufren adversidades o pruebas difíciles; venirse abajo o, al menos, quedar marcado por las heridas, lisiado, renqueante, "magullado por la vida". Todos los seres vivos se caracterizan por su vulnerabilidad; es decir, etimológicamente, por su "capacidad" de ser heridos". En las definiciones de vida figura la noción de muerte; aquel que está vivo es aquel que puede morir. Sin embargo, lo que nos hace frágiles puede enriquecernos; a partir de los estudios realizados en el campo de la psicología del apego, sabemos, por ejemplo, que aceptar el hecho de ser dependientes afectivamente de un número reducido de personas -nuestros allegados- nos va proporcionar, paradójicamente, un mayor sentimiento de libertad y autonomía frente a las existencia. La fragilidad nos hace también lúcidos. Basta con abrir los ojos y ver a un niño dormir, a un amigo envejecer, sentir pasar el tiempo; y de pronto nos decimos, o, más bien, gritamos:"¡Se acabó comportarse como si mi vida fuera ilimitda! ¡No actuaré más como si fuera a disponer de otras existencias! ¡Ya no viviré como si fuera invulnerable y eterno!". De modo que la lucidez y la fragilidad nos impulsan a la sensatez. Es algo que explica magistralmente el filósofo Clément Rosset: "La alegría verdadera, en efecto no consiste más que en una visión lúcida, pero asumida, de la condición humana; la tristeza es esa misma visión, pero consternada". ¿Qué podemos hacer aparte de comprender y aceptar nuesta vulnerabilidad, aparte de aceptar que nos faltan fuerzas, que estamos hechos de debilidades? Si aceptamos y acogemos nuestra fragilidad, podemos evitar embarcarnos en vanos combates y reservarnos así para los que son necesarios. Aceptándola, comprendemos que habitualmente tenemos necesidad de hallar refugio en otra parte: retirándonos a un ámbito tranquilo, meditando, rompiendo con el mundo de vez en cuando y preguntándonos qué nos gusta en realidad, qué queremos hacer de verdad con nuestra vida. De ahí el enriquecimiento de quien lo ha comprendido y lo ha puesto en práctica: nuesta fragilidad nos fuerza -o, mejor dicho, nos ayuda- a permanecer cerca de lo esencial. 
Christophe André -su último libro es "Los estados de ánimo. El aprendizaje de la serenidad"

lunes, 20 de junio de 2011

TIPOS DE CAMINO

De estos tipos de camino, ¿Cual es el tuyo? 
 El camino del aburrido
El camino aunque sea florido se nos hace muy largo y penoso tal vez empedrado y arenoso cuando se es un viajero aburrido
El camino de paseo
Pero se nos torna entretenido cuando por el vamos paseando y si lo usamos sólo buscando un paraje bello y divertido
El camino del obrero
Alguien lo usará medio dormido cuando tiene que ir a trabajar y muy de prisa quiere llegar temeroso por ser despedido
El camino de la vida
Aquí todo está muy bien medido, hasta la vida sigue el camino, él nos guía hacia un fijo destino casual y siempre desconocido.
El camino del viajero
Felices aquellos que han podido viajar para ver el mundo entero y siempre encuentran un buen sendero grato cómodo y entretenido

jueves, 16 de junio de 2011

APRENDE A ENCONTRAR APOYO

La vida es un constante vaivén, un baile entre el equilibrio y el desequilibrio en el que a veces sentimos que podemos caer. Para regular este mecanismo necesitamos desarrollar una herramienta fundamental: el apoyo. Si aprendemos a encontrar apoyo en nosotros mismos y a buscarlo en los demás, sentiremos que, pase lo que pase en nuestra vida, siempre hay una red que nos sostiene y nos mantiene unidos en el mundo.
 La soledad es uno de los mayores males psicológicos que nos aquejan, y no me estoy refiriendo a momentos ocasionales de soledad que, a veces, incluso deseamos y disfrutamos, sino de la sensación de vacío, de sentirnos aislados, de haber perdido o de no haber tenido nunca la agradable sensación que nos da la calidez y el convencimiento de formar parte de la vida. En nuestra loca carrera por la supervivencia personal y por el individualismo, nos hemos desconectado de nosotros mismos, de los demás e incluso del propio planeta en el que vivimos. El concepto de apoyo resuena de una manera especial en todos nosotros. Es una palabra que evoca una respuesta emocional cuando la oímos. Porque de eso se trata: el apoyo se da y se recibe, y solo a través de ese intercambio logramos la plenitud que anhelamos y la integración de todas las facetas de la vida. 
Carmen Vázquez "Psicóloga, psicoterapeuta y formadora gestáltica.

lunes, 13 de junio de 2011

Un sabio decía que nuestra forma de pensar se congela y nos quedamos recorriendo siempre los mismos caminos, pues la mente se fija a las cosas que pensamos.
Imaginemos que vamos por un camino.. el aire fresco golpeándonos el rostro, los árboles, las nubes, las aves, los montes.. y de pronto vemos una gran piedra.
Si fijamos toda nuestra atención en la piedra, o sea, el obstáculo en la vía y, al asumirlo como si fuera lo único, hacemos desaparecer todas las demás opciones (árboles, nubes, resto del camino) dirigiéndonos irremediablemente hacia él, hacia la piedra.
No permitamos hoy que los obstáculos desvíen nuestra atención y nos hagan creer que no hay salida, siempre hay oportunidades que vienen con ellos.

viernes, 10 de junio de 2011

NO TE LO DIJE PARA NO HERIRTE

A veces, hacen más daño las palabras que silenciamos que las que decimos, pero hablar también requiere ser cuidadosos con el otro.
A la hora de expresar algo que nos resulta incómodo conviene hacerlo desde el respeteo y la consideración; sin juzgar y sopesando, en todo momento la predisposición del otro a escucharnos porque cuando una persona se siente herida, deja de escuchar. Todo lo que digamos caerá en saco roto y no servirá para nada. Puede que nosotros nos quedemos tranquilos, puesto que se lo hemos dicho todo; pero al otro no le ayudará. Por eso hemos de ser especialmente sensibles a todos los signos que nos indiquen que estamos superando el nivel que el otro puede aguantar.

DIME LO QUE PIENSAS, POR FAVOR
*Si ves que me comporto de un modo que me va a perjudicar, no dejes de decírmelo. Pero hazlo de modo que no me hiera y lo pueda percibir como una ayuda.
*En el momento adecuado:cuando me veas preparado, no solo cuando hayas hecho acopio de valor para decírmelo.
*En el tono adecuado: sin agresividad, sin reñirme, sin juzgarme. Es muy posible que me nuestre muy sensible, y necesito que lo seas tú en tu modo de hablarme.
*Al ritmo adecuado: si hoy no puede absorberlo todo, continuaremos mañana. Sin prisa.
*Aceptándome en mi comportamiento: porque solo puedo cambiar si yo lo decido. Y solo lo decidiré si me siento aceptado.
*Y siempre desde el cariño y el aprecio, no desde la censura o la intención de darme una lección.
Ferran Ramon-Cortés

martes, 7 de junio de 2011

SíNDROME FELICIDAD APLAZADA

¿Conoce el síndrome de la felididad aplazada?  ¿Pospone su trabajo?
¿Sacrifica horas de sueño? ¿Ahorra todo lo que puede para su jubilación?
¿Tiene miedo a cambiar de trabajo y prefiere seguir con el estrés con el que vive?

Éstos son algunos de los síntomas del Sindrome de la felicidad aplazada, cuya principal consecuencia es que se sacrifica la felicidad presente trabajando en favor de un futuro en el que todo cambiará. Y con esto no estoy diciendo que seamos la cigarra del cuento de" La cigarra y la hormiga", sino simplemente que deberiamos cuestionarnos si estámos aplazando una decisión que podríamos tomar ahora por temor a las consecuencias de ésta.
Dediquemos tiempo a ver todo lo que nos rodea . La vida no es sólo una moda : es el instante único para existir. Un día debemos parar el coche y nuestra vida, asomarnos al cielo estrellado y pensar cuando fue la última vez que besamos a alguien, que saboreamos un plato de comida, que escuchamos cantar a un pájaro o que simplemente derramamos unas lágrimas. Si  no somos capaces de responder a estos estímulos, si estas sensaciones se han borrado de nuestra mente, seremos uno más de los afectados por el “síndrome de la felicidad aplazada”.

viernes, 3 de junio de 2011

LA FAMILIA, EL PRIMER VINCULO

Las familias son pequeñas unidades que integran nuestra sociedad. Por eso, una familia que fomenta la escucha, el respeto y la autoestima de todos sus integrantes garantiza, también, una sociedad más justa.  
*No es la carne y la sangre sino el corazón lo que nos hace padres e hijos.
Friedrich Schiller 
*Lo que se hace a los niños , los niños lo harán a la sociedad.
Karl Mannheim 
El problema con la familia es que los hijos abandonan un día la infancia, pero los padres no dejan nunca la paternidad. 
Osho 
*La mejor preparación para ser padres es que estos desarrollen una mentalidad abierta a lo nuevo, sentido del humor, conciencia de sí mismos y la libertada de ser sinceros.
Virgina Satir 
*Gobierna tu casa y sabrás cuánto cuestan la leña y el arroz; cría a tus hijos y sabrás cuánto debes a tus padres.
Proverbio Oriental 
*Recibir amor no es un derecho sino un don gratuito. Si aprendemoas a amar bien a nuestos hijos, su amor por nosotros será una consecuencia natural.
J.Soler y M.Mercé Conangla
*No evitéis a vuestros hijos las dificultades de la vida, enseñadles más bien a superarlas. 
Louis Pasterur 
*Solo dos legados duraderos podemos dejar a nuestros hijos: uno, raíces: otro, alas.
Hodding Carter 
*Cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre.
Gabriel García Márquez