miércoles, 29 de febrero de 2012

TENER MENOS, SER MAS

Cada vez se hace más necesario revisar nuestras prioridades vitales. Distinguir entre necesidades y deseos, dar menos importancia a los bienes materiales y más a los espitituales -el tiempo, las relaciones, la contemplación-,es el camino hacia un mundo más humano y una vida más plena.
Se trata de una forma de vida má simple, pero menos significativa. Una vida en la que nuestras necesidades son tenidas en cuenta antes que nuestros deseos.
Como la función del deseo no es satisfacer sino desear, siempre habrá uno nuevo. Tendremos que trabajar más para ganar más, para endeudarnos más, mientras más y más se desea. Y, así, crecerá también la insatisfacción porque, corriendo detrás del deseo, dejamos de lado la tarea de responder a preguntas esenciales que a todos nos aguardan aunque nos hagamos los distraídos. Por ejemplo:¿Cuál es el sentido de mi vida? ¿Qué he de hacer, cómo, con quién  y de qué manera he de vincularme, con qué valores y de qué modo, para descubrir ese sentido? ¿Qúe necesito para vivir de esa manera? ¿Qué cosas de las que necesito están en mí, cuáles debo desarrollar, cuáles pedir y a quién?.
Hasta donde conozco, las respuesta a estas pregunta existenciales no se relacionan nunca con el tener. No es lo que tenemos, ni cuánto tenemos, lo que nos hace ser quienes somos y descubrir el sentido de nuestra existencia. Si priorizamos nuestras necesidades ante nuestros deseos, deberemos correr menos en el inútil intento de llenar un barril sin fondo. Acaso podamos trabajar menos y mejor en una labor cuyo sentido no sea solo económico, sino que permita florecer nuestras capacidades más personales y profundas. Tendremos menos urgencias materiales que atender y más tiempo para nuestras relaciones, afectos y vocaciones. Cuando dejamos de vivir para tener, podemos empezar a descubrir lo que necesitamos tener para vivir. No para subsistir sino para desarrollar una existencia con sentido.
Sergio Sinay

lunes, 27 de febrero de 2012

"QUERERSE A UNO MISMO ES EL COMIENZO DE UN IDILIO QUE DURARÁ TODA LA VIDA"
Oscar Wilde

lunes, 20 de febrero de 2012

EN MANOS DEL DESTINO

Oda Nabunaga fue un señor de la guerra, medio legendario, a quien entre otras epopeyas se le atribuye la sangrienta unificación del Japón medieval. Se dice que Oda Nabunaga se dirigió con su pequeño ejército a enfrentarse con otro señor feudal que tenía un ejército mucho más numeroso. Sus vasallos estaban desmoralizados. Cerca del lugar donde se debía dirimir la batalla se erigía un templo sintoísta. Era un templo muy parecido al de Delfos en la antigua Grecia, que tenía la capacidad de vaticinar los favores divinos; las personas acudían allí para orar a los dioses y pedirles su gracia. Cuando se salía del santuario era costumbre lanzar una moneda al aire; si salía cara, se cumplían los favores que se habían pedido.
Oda Nabunaga fue al templo y rogó ayuda de los dioses para que fuesen faborables a su ejército a pesar de ser menos numeroso. Al salir del templo, lanzó la moneda y salió cara. Sus guerreros envalentonados se dirigieron presurosos a la batalla y la ganaron. Cuando la lucha se acabó, un lugarteniente se dirigió a Oda Nabunaga y le dijo: "Estamos en manos del destino, nada podemos hacer contra aquello que deciden los dioses", y Oda Nabunaga le contestó:"Cuanta razóin tienes , amigo mío", y le enseñó la moneda: tenia dos caras.
Quizá deberiamos andar por la vida con una moneda de dos caras. La moraleja de la historia de Nabunaga nos dice que, a menudo, el destino está en nuestras manos. El futuro se debe construir y nosotros tenemos mucho que decir al respecto. Para hacer realidad aquello que queremos, en necesario creer que nuestro futuro no es un regalo. No estamos delante de una situación totalmente ajena a nosotros, más bien, nuestro futuro es algo que podemos conquistar. El ser humano tiene la capacidad de ser guionista y protagonista de sus propias historias.


lunes, 13 de febrero de 2012

ESCRIBIR PARA SANAR


La escritura no solamente sirve para transmitir ideas, sentimientos y emociones. Usar la escritura como herramienta de autorreflexión es una poderosa medicina cuyos beneficios, según ha podido comprobarse recientemente, inciden tanto sobre la salud como sobre las relaciones con los demás. Las palabras también nos acompañan en nuestro camino hacia el autoconocimiento y el bienestar.
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 "Con la escritura podemos tomar el control sobre los momentos traumáticos o estresantes de nuestra vida".
"Dedicar cada día unos minutos a escribir sobre nuestros conflictos bastará para sentirnos mejor".
La medicina de la escritura no solo mejora nuestra salud física, también nos ayuda a conocernos mejor, con nuestros problemas y alegrías, virtudes y defectos, fortalezas y debilidades... Nos aporta serenidad, haciéndonos emocionalmente más inteligentes y competentes para discriminar entre lo positivo y lo negativo. Nos hace personas más adaptativas y enriquece nuestras relaciones.
Escribir puede sanar, Y este poder queda en nuestras manos.
Manu Rodriguez, escritor del manual "Escritura curativa".

jueves, 9 de febrero de 2012

LA PUERTA DE LA FELICIDAD

La felicidad no es una meta sino una dirección. Se trata de encontrar un sentido en lo que hacemos y de implicarnos a fondo en nuestras acciones y decisiones. Entonces, al mirar atrás, quizá descubramos que hemos abierto su puerta sin apenas darnos cuenta; la llave se encontraba en nuestro interior.
Todo parte de un malentendido: el de proponerse la felicidad como una meta. Si lo hacemos, nos abonamos a la ansiedad, la angustia y la decepción.Si de veras la felicidad fuera una meta a alcanzar, ¿qué haríamos el resto de nuestra vida una vez logrado el objetivo? ¿Repetir una y otra vez la misma impertérrita sonrisa, las mismas acciones, las mismas palabras? ¿Intentaríamos no tocar ni cambiar nada para que la felicidad no se escurriera? ¿Acaso seríamos presos del temor a que ella se escapara, a que algo la desbaratara, a que alguien nos robara la presa alcanzada? ¿Seríamos felices viviendo así?
Quizá deberíamos repensar el tema de la felicidad. Quizá no sea una meta a lograr y que no sea la felicidad en sí lo que necisitamos sino un motivo para ser felices.
Tal vez es una huella que vamos dejando en el camino mientras transitamos la vida. Las huellas nunca están delante de nuestros pies, solo aparecen por donde hemos pasado. Si no caminamos, no hay marcas, debemos tener un destino hacia el que caminar, y de la marcha resultará -o no- la felicidad.
Entonces, la felicidad no está fuera de nosotros, como el fruto que espera a que lo tomemos de la rama. Se encuentra en nuestro interior. Así lo decía el filósofo danés Soren Kierkegaard "La felicidad es una puerta que se abre desde dentro". Esto significa que no hay una persona destinada a hacernos felices. Si así fuera, correríamos el riesgo de construir con ella una relación de dependencia. Si esa persona se alejara, se llevaría nuestra felicidad, por lo que trataríamos de retenerla a cualquier precio -sometiéndonos, sometiéndola, manipulando...- y, aun así, no estaríamos en paz. Podemos ser felices junto a otra persona, en lo que compartimos con ella, pero no por ella.
Sergio Sinay


martes, 7 de febrero de 2012

DAR SENTIDO A LA SOLEDAD

La soledad muchas veces nos angustia e inquieta. Pero si aprendemos a habitarla y ver en ella un lugar donde encontrarnos a nosotros mismos, se convertirá en un valioso espacio de crecimiento.
La soledad es una flor, un loto abriéndose en tu corazón. La soledad es positiva, la soledad es salud. Es el goce de ser tú mismo. Es la alegría de tener tu propio espacio.
Osho
La más segura cura para la vanidad es la soledad
Thomas C. Wolfe
Si quieres viajar hacia las estrellas, no busques compañía.
Heinrich Heine
El hombre es su soledad, y en tanto la considere como algo separado de sí, estará en ilusión y en incesante conflicto.
Jiddu Krishnamurti
Nunca hay dos ratos iguales de soledad porque nunca se está solo de la misma manera
Henri Bosco
No hay que temer la soledad, es una fuente de transparencia; y solo en la transparencia entre el ser y el obrar existe la felicidad.
Francesc Torralba
La soledad es para el espíritu lo que el ayuno para el cuerpo, mortal cuando muy larga, aunque necesaria.
Luc de Clapiers
La soledad no es tan triste. Ser es también no haber sido.
Jorge Guillén
El hombre grande es aquel que en medio de la muchedumbre mantiene, con perfecta dulzura, la independencia de la soledad.
Ralph Waldo Emerson




jueves, 2 de febrero de 2012

NO PUEDO DECIRTE QUE NO


Cuando un amigo nos pide algo, puede que no sea consciente de lo que eso nos supone. Si resulta una carga, debemos decirlo. Seguro que él no quiso ponernos en ese aprieto y agradecerá la sinceridad.
Puedes decirme que no... si ese"no" es razonable, si tiene una explicación clara que yo comprenderé... si me lo dices sin excusas, si siento que me hablas sinceramente y con la confianza que merece nuestra amistad... si me ayudas a encontrar una solución alternativa, que me pueda resolver el problema sin que necesariamente te implique a ti... si aceptas de forma natural que yo también tendré un "no para ti alguna vez si, por no conocer tu realidad actual, no he podido valorar que lo que te he pedido es para ti un problema. De haberlo sabido, no hubiese actuado así.
Ferran Ramon-Cortés