domingo, 15 de abril de 2012

OLER PARA RECORDAR

La agradable fragancia y olores que nos deja la lluvia cuando cae después de un periodo relativamente largo, caluroso y seco es una experiencia inolvidable, refrescante y relajante.
Quién no ha revivido emociones y situaciones de la temprana infancia al abrir un viejo baúl y recibir el impacto oloroso de los viejos juguetes, los vestidos y otros objetos? Los olores evocan mejor que cualquier otro sentido memorias de la infancia, particularmente de los diez primeros años de vida.
El sentido del olfato evoca emociones de forma poderosa. Debido a nuesta fisiología cerebral, un determinado olor puede trasladarnos al pasado en menos de un segundo para recordarnos ciertas situaciones que han sido relevantes en nuestra vida. Las razones de tan estrecha relación entre el olfato y la memoria debemos buscarlas en nuestra historia evolutiva.
Más  que cualquier otro sentido, el olfato nos devuelve al pasado creando de un modo muy vivo la sensación de "estar allí", de revivirlo intensamente y  aunque muchas veces lo infravaloremos, seguimos utilizando nuestro sentido del olfato y valiéndonos de él, a menudo inconscientemente, para recordar cosas que han sido y son importantes en nuestra vida.
Ignacio Morgado "Acaba de publicar Cómo percibimos el mundo: una exploración de la mente y los sentidos.