lunes, 26 de noviembre de 2012

LOS OJOS DE LA BONDAD

 El responsable de los programas de crecimiento personal de Google, una empresa que se ha destacado por incorporar desde horarios flexibles hasta elementos de ocio y disfrute para que sus trabajadores sean más creativos y productivos y gocen de mayor bienestar, expone que una de las prácticas más poderosas para ampliar nuestro círculo vital, especialmente cuando reconocemos nuestra autonomía personal y dirigimos el rumbo de nuestra existencia, es la bondad.
"Puesto que el pensamiento contribuye a crear nuestra realidad, si cada vez que entablamos relación con una persona, incluso las que nos suscita rechazo, le deseamos felicidad, al cabo de un tiempo desarrollaremos un instinto de bondad. La bondad se manifestará en nuestra cara, nuestra postura y nuestra actitud y la gente se sentirá atraída por nuestra personalidad, no solo por nuestro aspecto físico".
Comprender que quien tenemos delante es un ser humano igual que nosotros, que en algún momento de su vida ha sido vulnerable (ha experimentado tristeza, dolor, decepción, rabia, confusión...) y desearle salud, cariño, relaciones que lo colmen y felicidad, generará una corriente de empatía y compasión que agrandará nuestro corazón y hará que disfrutemos de amistades más profundas y auténticas. Esta corriente positiva, siempre desde la humildad y desde la verdadera escucha y consideración hacia el otro, logrará que crezca el germen de la colaboración y que poco a poco la sociedad gane cada vez más una masa crítica que se rija por el bien común y el amor, ya no solo hacia sus semejantes, sino hacia todas las manifestaciones de la vida.

jueves, 22 de noviembre de 2012

ENERGIAS ESPECIALES

"Cada año de mi vida he buscado doce perlas. Doce personas que no conociera pero que se me aparecieran y marcaran mi mundo de tal manera que yo virara. Son joyas que el mundo te da y que, aunque pasen los años, aún conservas.

 El tiempo no les quita nada de su brillo ni de su intensidad. Además de las perlas, a lo largo de tu vida, encontrarás personas que son más que perlas. Son energías especiales que debes encontrar, que se funden con la tuya. Con el tiempo, algunas perlas pasan a ser diamantes. Cada 80 o 90 perlas aparece un diamante, una de esas personas que se hace tan básica y tan importante en tu vida que parece creada únicamente para ti. Y para que puedas encontrarlos, el mundo te deja señales, para que no te confundas. Esas señales pueden ser detalles sumamente sencillos, simplemente algo que os une de forma especial."
Que cada uno encuentre sus propios diamantes es importante pero tal vez lo más importante no sea poseerlos si no ser diamantes para los demás.
Extraido del libro de Albert Espinosa "Si tú me dices ven lo dejo todo...pero dime ven".

lunes, 19 de noviembre de 2012

VIVIR CON UN PROPÓSITO

Fijar nuestros propios objetivos y poner todo nuestro empeño en realizarlos nos aporta equilibrio y fuerza interior
Vivir sin proposito es vivir a merced del azar -del acontecimiento fortuito, de la llamada telefónica o el encuentro casual- porque no tenemos una norma que nos permita juzgar qué vale la pena hacer y qué no. Las fuerzas exteriores nos impulsan, como un corcho que flota en el agua, sin que nuestra iniciativa fije un curso específico. Vamos a la deriva.

En cambio, vivir con un propósito es utilizar nuestras facultades para lograr las metas que hemos elegido: estudiar, crear una familia, empezar un negocio, mantener una relación romántica feliz. Son nuestras metas las que nos impulsan, las que vigorizan nuestra vida.
Vivir con un propósito es una orientación fundamental aplicable a todas las facetas de la vida. Significa que vivimos y obramos de acuerdo con nuestras verdaderas intenciones, una característica distintiva de las personas que tienen un alto nivel de control sobre sus vidas.
Nathaniel Branden (psicoterapeuta especializado en el estudio de la autoestima)

martes, 13 de noviembre de 2012

EN CUERPO Y ALMA

El otoño está aquí y pronto llegará el invierno. Las horas de luz disminuyen, las puestas de sol parecen alargarse y los cielos se cubren de toda la gama de rojos. Las aceras y los caminos se llenan de hojas que al caer dejan desnudas las ramas de los árboles, fabricando estampas melancólicas. El frío lo encoge todo, invitando a un recogimiento al que nos sentimos llamados, aunque no siempre es fácil o posible. La luz artificial de las farolas y de los escaparates mantiene a raya las prematuras sombras de la noche y nos recuerda que la actividad continúa. Se mantienen los estímulos a nuestro alrededor y los condicionamientos de la vida también, y a menudo les hacemos frente con una energía más nerviosa que física.
Sin embargo, las exigencias nos pillan ahora más "bajos" de lo habitual y es más fácil que cierta pesadumbre se instale en nosotros. Estos son meses propensos a una cierta atonía física, e incluso al pesimismo, la tristeza o la depresión, como bien saben los médicos, y más en circunstancias como las actuales, con una crisis que no cesa y que es como un invierno que parece no tener fin.
Pasear en plena naturaleza y por un entorno agradable nos acerca a los ciclos naturales, eleva el ánimo, favorece la creatividad y fortalece la salud. El único requisito es... Hacerlo en cuerpo y alma.

lunes, 5 de noviembre de 2012

APRENDER A PERDONAR

En septiembre se ha celebrado Yom Kippur, la fecha más señalada del calendario hebreo: el Día de la Expiación. Durante esa jornada se pide perdón a Dios, y durante los 10 días que le preceden las personas buscan a quienes han ofendido para pedirles disculpas y así empezar bien un nuevo año, como una hoja en blanco.
Sería bueno que existiera un Día del Perdón en todas las religiones, ya que, en general, no somos muy buenos para pedir disculpas ni para perdonar.
El perdón es un bálsamo para quien lo recibe y para quien lo da. Pero perdonar no siempre es fácil. Necesitamos dejar de centrarnos en nuestros sentimientos y buscar la bondad a nuestro alredededor.
Perdonar implica cambiar nuestras respuestas destructivas y transformarlas en conductas que promueven el buen funcionamiento de la sociedad.
Perdonar es diferente que excusar o justificar una falta. Tampoco significa olvidar o negar lo sucedido. Es cierto que el perdón puede llevar a la reconciliación o a la reparación de la relación entre la víctima y quien comete la ofensa, pero estas dos situaciiones no van de la mano necesariamente, por ejemplo, se puede perdonar a alguien y no desear seguir teniendo una relación con esa persona.
Como sucede con otras virtudes, la capacidad de perdonar no se nos da automáticamente. Tenemos que aprenderla y desarrollarla, pero al perdonar, nos liberamos a nosotros  mismos.
Recordemos que vivir bien es la mejor venganza: en vez de seguir centrándonos en nuestros sentimientos heridos y  dar con ello poder sobre nosotros a quien nos lastimó, aprendamos a buscar el amor, la belleza y la bondad a nuestro alrededor. Perdonar nos ayudará a recuperar la sensación de que tenemos poder sobre nuestra vida.