lunes, 19 de noviembre de 2012

VIVIR CON UN PROPÓSITO

Fijar nuestros propios objetivos y poner todo nuestro empeño en realizarlos nos aporta equilibrio y fuerza interior
Vivir sin proposito es vivir a merced del azar -del acontecimiento fortuito, de la llamada telefónica o el encuentro casual- porque no tenemos una norma que nos permita juzgar qué vale la pena hacer y qué no. Las fuerzas exteriores nos impulsan, como un corcho que flota en el agua, sin que nuestra iniciativa fije un curso específico. Vamos a la deriva.

En cambio, vivir con un propósito es utilizar nuestras facultades para lograr las metas que hemos elegido: estudiar, crear una familia, empezar un negocio, mantener una relación romántica feliz. Son nuestras metas las que nos impulsan, las que vigorizan nuestra vida.
Vivir con un propósito es una orientación fundamental aplicable a todas las facetas de la vida. Significa que vivimos y obramos de acuerdo con nuestras verdaderas intenciones, una característica distintiva de las personas que tienen un alto nivel de control sobre sus vidas.
Nathaniel Branden (psicoterapeuta especializado en el estudio de la autoestima)