jueves, 3 de octubre de 2013

LA TRAYECTORIA VITAL

Fijarse en qué hace uno mismo y en qué hacen los demás para afrontar las situaciones complicadas y animarse a probar nuevas estrategias con actitud de explorador es la clave para ampliar los propios recursos y aprender con ello. Nada de todo eso resulta posible sin la acción y sin asumir retos vitales.
 Conviene recordar que nadie puede transitar por la vida sin desgastar sus zapatos -ni siquiera la piel de un recién nacido está intacta-. Vivir conlleva, inevitablemente, acumular cicatrices en la piel del alma; heridas de antaño que dan fe de dificultades, obstáculos, retos que la persona ha afrontado para seguir adelante, desarrollarse, crecer. Considerados en su conjunto, estos desafíos otorgan, además, la oportunidad de alcanzar cierta sabiduría.
Begoña Odriozola (psicologa)