jueves, 30 de abril de 2015

EL PUNTO MEDIO

Cuanto más se escucha lo que dicen los expertos y los estudios sobre cómo cuidarse, cómo ser más saludable, más fácil es ver de que siempre hay unas constantes: hacer ejercicio, pero sin pasarse, y saber también cultivar la quietud, comer con moderación, beber con todavía más moderación, dormir bien (aunque no todo el día), reducir el estrés y aprender a mantener la calma cuando las aguas están agitadas, cuidar las relaciones con los demás y saber estar solo... Parece que siempre tiende todo hacia el punto medio. Sentido común, dirán algunos, aunque tan poco común parezca a veces.

viernes, 17 de abril de 2015

CONTROL, CELOS Y WASAPS

Tecleamos unas palabras en la pantalla de nuestro móvil y, en unos segundos, una persona las puede leer aunque esté muy lejos. Pero esta facilidad para comunicarnos trae consigo un peligro, el de querer respuestas inmediatas, y si no nos llegan, imaginar los más oscuros motivos.
Hay que saber que nuestra pareja no tiene por qué contestarnos de inmediato. Quizá tiene otras prioridades en aquel momento y eso no significa que nosotros pasemos a ser secundarios ni mucho menos que ya no nos quiera. Quizá sería recomendable ver estos mensajes como antes veíamos los SMS (que ahora nos parecen prehistóricos. Un mensaje que el otro respondía cuando podía. No tenía por qué contestar al instante y tampoco se terminaba el mundo si no lo hacia. Lo mismo que pasaba con las cartas en un pasado que también parece remoto: no ocurría nada si tardaba uno días o incluso semanas en llegar a casa. !Qué tiempos aquellos¡ La diferencia es que con WhatsApp puede aparecer”la carta” en cualquier momento inesperado, con lo cual nos pasamos el día consultando ansiosamente el teléfono, a ver si por fin llega la felicidad.
Gaspar Hernández

lunes, 6 de abril de 2015

LA CAPACIDAD DE FLUIR

Estar disponible y vivo significa fluir con lo que viene. Esto nos lleva a tener otra percepción del tiempo, a olvidarnos del yo y a experimentar una felicidad mucho más profunda que la simple obtención del placer-como por ejemplo el que brindan la comida o el sexo.
Para que podamos fluir es necesario que haya un equilibrio entre nuestras habilidades y los desafíos a que nos enfrentamos. Es decir, ni tareas demasiado fáciles, que llevan a aburrimiento, ni tareas demasiado complicadas, que provocan estrés.
Si concentramos nuestra energía y atención en planes y objetivos que elegimos y sentimos que vale la pena realizar, llegaremos a disfrutar mucho más de cada momento con lo que hacemos. Se trata, por tanto, de entrenarse a fluir no solo en lo que nos gusta sino también en lo cotidiano y rutinario. “No solo tienes que soportar lo que es necesario, sino que lo has de amar”, manifestó Friedrich Nietzsche.
Cristina Martínez Gómez (psicóloga)