miércoles, 30 de mayo de 2012

MIRAR LAS VISTAS

Uno de mis mejores maestros fue un hombre al que conocí hace muchos años en el paseo maritimo de Coney Island. Era diciembre, y yo estaba escribiendo un reportaje sobre las penurias de los sin techo durante los meses de invierno. Estábamos los dos sentados al borde de los tablones de madera, balanceando los pies en el aire, y él me habló de su rutina diaria, de cómo se las apañaba vagabundeando por el bulevar cuando ya no quedaba rastro de las hordas de veraneantes, durmiendo en una iglesia cuado la temperatura llegaba bajo cero, escondiéndose de la policía entre la montaña rusa y los autos de choque y otras atracciones del verano.
Pero me contó que la mayor parte del tiemp lo pasaba en el paseo maritimo de madera, contemplando el mar, como estábamos en ese momento, incluso cuando empezaba a hacer frio y tenia que taparse con los periódicos después de haberlos leido. Yo le pregunté por qué lo hacía. ¿Por qué no se acercaba al hospital para una cura de desintoxicación?
Se quedó mirando el océano, fijamente, y dijo: <<Mire qué vistas, señorita. Mire qué vistas>>.
Y cada dia, de alguna manera, trato de hacer lo que me dijo. Trato de mirar las vistas. Eso es todo. Palabras sabias de un hombre sin una moneda en el bolsillo, sin un lugar adonde ir, sin un sitio donde vivir. Mirar las vistas. cuando hago lo que me dijo, lo que veo nunca me defrauda.
Anna Quindlen.
<<La vida está hecha de momentos, trocitos de mica en un estrecho y largo camino de granito. Sería maravilloso que nos llegaran intactos, pero eso no puede ocurrir. Tenemos que aprender a vivir, vivir realmente... amar el viaje, no el destino>>.