martes, 19 de febrero de 2013

DESEMPEÑAR NUESTRO PAPEL

No se trata de claudicar y apuntarse a un gris conformismo, sino de aceptarse como se es y desempeñar con dignidad el papel que nos ha tocado. Como hizo el peón de este relato:

"Érase un rey muy altivo que despreciaba a sus peones. Se sentía amado por su reina y bien protegido por sus nobles, sus caballerosy su bien construido castillo. Pero pronto la partida se puso en su contra y fue menguando su ejército: perdió a los nobles y a los caballeros y las murallas de su castillo fueron derruidas. En un arrebato de amor servicial, la reina tomó parte en la contienda. Se arriesgó de tal manera que pronto fue hecha prisionera. El rey se vio desamparado ante los continuos ataques enemigos y vino a refujiarse en un rincón del tablero. Mientras tanto, un peón olvidado atravesó las lineas enemigas hasta llegar al otro lado y se convirtió en reina. Acudió en el momento justo para impedir el jaque mate."

Cada cual se mueve por el tablero según sus posibilidades. No se es más feliz por ser mas, sino por contribuir, cada cual a su manera, a ganar la partida. El peón se convirtió en reina, pero no se refugió en su nuevo estado, no se dedicó a vanagloriarse de su buena suerte, no se acomodó a la vida de la corte, no miró por encima del hombro a los que le habian mirado a él de esa manera, sino que acudió solícito a salvar al rey, a ese rey altivo que despreciaba a los peones.